domingo, 10 de febrero de 2013

DE CAJÓN: “CAITRO Y RONALDO”, ICONOS DEL PERÚ


Estudiante de Ciencias de la Comunicación
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica

El gran escenario de todas las sangres, refleja la fertilidad de su suelo con el espíritu mestizo de su gente, con un sentido diferente al criollismo. Un pueblo buscador de su identidad, marcados en espacios que fueron sellados por personajes que por amor y pasión, decidieron agregar su arte de color en cada repique 'De Cajón'. Ahí en los místicos corralones de San Luis de Cañete, cargados del alimento espiritual de quienes caminaron sobre el; crecieron, jugaron y exprimieron su talento dos grandes maestros del Cajón Peruano.

Desde donde se mire, San Luis es 'el verdadero templo cultural del valle' que cobijó entre sus cañaverales y algodonales, a diversos grupos étnicos; tales como afrodescendiente, chino, japonés y andino. En el presente, sigue siendo una urbe migrante 'indoblanquinegros, blanquinegrindios y negrindoblancos', que trabaja día a día por su progreso, cuya raíz  de su cultura crece al ritmo del bongo, cajón y arpa. Un espacio de símbolos populares y expresiones costumbristas que enriquecen el multiculturismo de la tierra de los Hijos del Sol.

'De Cajón' titulo este espacio para recordar a quien nuestra emblemática Chabuca Granda llamaba 'Hijo' y que al son de su cajón, un toro rumbambero cantó; “CAITRO SOTO DE LA COLINA: Recopilador del Toro Mata y también al Maestro de Maestros, “RONALDO CAMPOS DE LA COLINA: Fundador de Perú Negro”.


CAITRO SOTO Y SU TORO RUMBAMBERO LLEGÓ
En 1934, un 23 de octubre nacería en esta tierra, uno de los primeros exponentes de la música negra del país. Pedro Carlos Soto de la Colina, conocido por todos como 'Caitro Soto', fue uno de los ochos hijos de Francisco Soto y Benedicta de la Colina (Abuela de Pepe Vásquez y Octavio Lara). El florecer de sus días, se dio en un hogar humilde sostenido por sus progenitores. En 1941 la desgracia visitó a uno de los principales motores de la Familia Soto de la Colina. Caitro ante la muerte de su padre, se vio obligado a dejar sus estudios primarios y junto a su legado, quemó sudor cantando en los campos de las Haciendas. A sus catorce años, al comprender que hacer su vida no sólo estaría ligado a trabajar sobre los campos, decidió viajar a Lima junto a sus hermanos mayores en la búsqueda de un mejor futuro social y económico. En sus inicios en la capital ganaba cincuenta soles semanales, una cifra sumamente superior al que ganaba su madre en Cañete y que doblaba, triplicaba y cuadruplicaba el jornal semanal de los que trabajan en el campo.

Él fue un hombre que vivía feliz cuando estaba junto a su Gorda Hermosa -como llamada a su madre Benedicta- y mejor aún cuando la sangre llamaba a su primo Ronaldo Campos, a quien lo consideraba como un hermano. Ambos se criaron prácticamente juntos. Tanto la madre de Caitro como la de Ronaldo, inculcaron a ambos la música que corría en las venas de los 'De la Colina'.

Caitro tocó el timbre de su vocación cuando llegó a la casa de su tía 'Valentina', quién era un gran impulsora del folclore negro. A los años siguientes formo parte de diferentes grupos musicales y así, para él conseguir dejarnos la gloria de su arte, le costó esfuerzo y amor a la corriente surgida al hacer cantar un cajón. Arte que lo hizo pisar múltiples escenarios nacionales e internacionales como cajonero de Chabuca Granda y como integrante de la Agrupación Cultural 'Perú Negro', a lado de Lucila Campos, Lalo Izquierdo, entre otros.

La fama de Caitro no quedaría ahí, aún algo mucho mayor se esperaba de él. 'Yo tengo dos papas', 'Curruñao', 'A sacar camote con el pie', 'Soy de San Luis',  'Negro Libre', 'O'ita no ma', fueron algunas de sus composiciones, pero en 1973 el tema “TORO MATA”, sería la recopilación de hechos sucedidos en Cañete que lo llevaría a la cúpula de su gloria. El hoy famoso Toro Rumbambero e himno de la Cultura Afroperuana, se pasea por todo el mundo en la voz de Celia Cruz, que en 1974 agregó a su disco “Celia y Johnny” dicho tema musical en versión salsa.

Pero ¿Qué historia nos cuenta Caitro Soto en su Toro Mata?. Según narra en su libro 'De Cajón' (1995): “(...) El Toro mata viene de lo que me contaba mi abuela, mi bisabuela. La canción la armé y la hice yo con cosas que me narraban mis ancestros. Hay también un Toro mata que es anterior al mío, es recopilación de la señora Rosa Mercedes Ayarza de Morales. Allí el toro mata al torero y no es landó con fuga, sino lamento; ella cantaba "ya lo llevan a enterrar, el toro mata". En mi composición, el "toro rumbambero" es el toro brilloso, bailarín. Esos toros que son bien agresivos. Creo que la palabra es africana. "Hacerle el quite" es sacarle la suerte al toro, pero por ser el torero un negro le quitan mérito y decían que "la color no le permite hacerlo". Por eso decían que el toro se había muerto de viejo y no porque lo hubiera matado. Pititi, que todavía esta vivo, era un muchacho que bailaba en Perú Negro y un día al verlo bailando el Toro mata, lo mencioné en la canción y ya quedó. Lapondé era un tambo al que se iba después de la corrida. Era como un centro de recreación, una choza donde vendían comida, trago y se divertían. Era en la misma hacienda El Chilcal (San Vicente de Cañete), donde era la corrida. Era como un corralón, no había plaza. Los negros se metían como todo espontáneo y a veces iban los dueños de las haciendas a ver, porque era su ganado. Y, una vez, allí encontraron a un negro que se había venido de Acarí, una hacienda que está por Palpa, más cerca de Nazca. El no se había enterado de la libertad. Se había venido escondido entre las cañas comiendo fruta y lo que encontraba para alimentarse, y fue a parar al valle de Cañete. Y hambriento fue a Lapondé, y por la marca de su cuerpo se dieron cuenta que no era de allí: “Este negro no es de aquí, caracra, cra, cra, cra". Esto último es un insulto, es una protesta con adorno a lisura. Inclusive lo querían matar porque no era de allí (...)”

Soto de la Colina, vivió en Lima con su esposa Teresa Mendoza Hernández y sus dos hijos, hasta que un 14 de julio de 2004 acompañado de una diabetes que lo aquejaba postrado en una cama, partió a lado del creador a seguir con lo suyo, 'tocar un cajón' y así armar la gran jarana del 'Toro Rumbambero' junto con el festejo de los ángeles que hacen su 'Canto a Cañete' ¡COVA! ¡COVA!

RONALDO CAMPOS “FUNDADOR DE PERÚ NEGRO”
El sudor del sol hacia lo suyo sobre los campos del viejo San Luis. En un humilde hogar propiedad de José Luis Campos, ubicado en la Calle Santo Solano, su mujer Lucila de la Colina Orellana (Tía de Caitro Soto y Susana Baca), un 20 de enero de 1927 alumbraba al quien tiempo después llamarían Cancha Quemada; su hijo Ronaldo Campos de la Colina, el Maestro de Maestros Fundador de Perú Negro lloraba y zapateaba al respirar por primera vez la tierra que lo veía nacer.

Al trasladarse a Lima (1942), trabajó como albañil, chofer de ómnibus, entre otros oficios. Se casó con Bertha Ponce, con quien tuvo cuatro hijos. En 1956 integró la Compañía 'Pancho Fierro' y Teatro y Danzas Negras del Perú. Al fundar la Agrupación Cultural “Perú Negro” (1969) integrado por representantes del folclore afroperuano de la época, en el mismo año con el apoyo de Chabuca Granda, Ronaldo y su Perú Negro viajó al Festival Iberoamericano de la Danza y la Canción en el Luna Park (Argentina). El evento congregaba a distintos grupos folclóricos culturales de América. Perú Negro marcó la diferencia, sorprendiendo al público por ser un grupo negro que representaba a un país andino. Con los elogios, el Arte Negro salió Campeón del Festival. Ronaldo logró traspasar por primera vez las fronteras y llevar el lenguaje del afroperuano a través de la danza y el baile.

Las primeras danzas de Perú Negro nacieron de las diferentes expresiones que se suscitaron en la tierra de su fundador. El 'Callejón del Buque' y la Quinta 'Señor de los Milagros' en La Victoria (Lima), fueron escenarios de los inicios de los ensayos de la agrupación. Con el pasar de los años y con apoyo financiero, lograron recoger las diversas manifestaciones del negro a lo largo del territorio nacional. En 1972, Campos de la Colina dirigió la organización del II Festival de Arte Negro (Cañete). Al fallecer en agosto del 2001, “El Padre del Folclore Negro del Perú'' dejo su legado al mando de Rony Campos, quien aún sigue bailando, tocando y zapateando como su padre Ronaldo Campos de la Colina ¡SI SEÑÓ!

Publicado en el DIARIO AL DÍA CON MATICES, el lunes 11 de febrero de 2013.