miércoles, 27 de mayo de 2015

#FOTOREPORTAJE: LA UVINA DE DON RUBÉN

 
El calor de la tarde de marzo, poco a poco se esfuma con el pasar de los minutos. Ese cielo azul, característico del valle, se tiñe de un gris que anuncia la llegada de la lluvia.

Segundos más tarde, cae la lluvia. El olor a tierra fértil es inevitable. De pronto, bajo el lagrimeo del cielo, aparece un hombre de avanzada edad. Sonríe, y comunica que debe acelerar el ritmo de la cosecha de la uvina porque la lluvia puede quemarla. Ingresa al parral y retoma la cosecha.

Él es don Rubén Sánchez Vicente, más conocido como "Chaleco". A sus 85 años de edad, es todo un emblema de la producción y tradición vitivinícola del valle de Lunahuaná, en provincia Cañete, región Lima.

Su fundo "El Molino", se ubica en el anexo Jita, kilómetro 37 de la carretera Lunahuaná - Yauyos.
 
Uvina, más dulce que la misma miel
 

Don Rubén, como todos los años, en marzo realiza la cosecha de su uvina
 
Más de 65 jabas de uvinas están listas para ser transformadas en pisco de 18° de alcohol
 
Don Rubén vive y comparte sus saberes vitivinícolas

 

Pisco de uvina ¡Salud don Rubén!
Texto y fotografías: Luis Pérez Manrique ©

lunes, 25 de mayo de 2015

EL ESPÍRITU DEL PAN DE DULCE

 
 

La Semana Santa de San Luis de Cañete, región Lima, es una mezcla de saberes, sentimientos y colores que nacen en la recreación de las escenas bíblicas de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Uno de los saberes más resaltantes que tiene es el pan de dulce, un símbolo semanasentero.

 
 
 

Texto y fotos:
Luis Pérez Manrique

  /luisperezmanrique @luispmanrique92
 

La Semana Santa de San Luis, en la provincia Cañete, tiene forma y sabor de un pan de dulce. Un pan infaltable en los hogares sanluisinos, porque en el está la esencia de un Domingo de Ramos y un Domingo de Pascua de Resurrección.

La presencia de este pan es tan importante para los sanluisinos que cuando llega el mediodía del Domingo de Ramos, mientras el Señor del Triunfo descansa en el interior de una pequeña casa elaborada con cañas y plantas del lugar, el sonidito de una campanita se oye en señal que el burrito del Señor –acompañado de los apóstoles Juan y Pedro, escenificados por Giancarlos Cabello y César Villalobos, respectivamente–, andan por el pueblo de arriba a abajo, de este a oeste, recolectando los panes de dulce, según una costumbre registrada a mediados del siglo XX que se ha vuelto a revalorizar con mucha participación de los lugareños. Por la noche, luego de la procesión del Domingo de Ramos, los panes recolectados son repartidos hacia los feligreses.

Pero su participación no queda ahí: llegada las cinco de la mañana del Domingo de Pascua de Resurrección, luego del retumbar de las campanas de la nueva iglesia y los camaretazos, el Cristo resucitado que sale en procesión lleva sobre sus manos un enorme pan de dulce –muy especial– llamado: “pan del Señor”.

“Quien inició con la tradición de entregar al Cristo resucitado un enorme pan de dulce fue mi tío Jorge Donayre, como una forma de agradecimiento por la abundancia de trabajo que existe –por el hecho de preparar el pan– durante la Semana Santa”, expresa don Luis Donayre, actual panadero encargado de ofrendar el “pan del Señor”.

Asimismo, para los sanluisinos el observar a su Cristo resucitado llevar este pan tiene un significado mayor. Pues aquel detalle, también conectado con el horario en que los panes –de todas las variedades– son repartidos en el pueblo, es sinónimo que Jesús se ofrece como el pan de vida que nunca faltará en los hogares.


 
 

1

 

Don Luis Donayre
Él, es uno de los más conocidos panaderos del pueblo quien, desde hace muchos años, continúa con la costumbre instituida por su tío Jorge Donayre.

 

2

 

El Señor de la Resurrección
Sale en procesión a las cinco de la mañana del Domingo de Pascua de Resurrección y lleva un enorme pan de dulce.

 
 

Artículo publicado el lunes 25 de mayo de 2015 en el Diario Oficial y Judicial de la Provincia de Cañete "Al Día con Matices", hecho depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2010-13550.

martes, 12 de mayo de 2015

TRADICIÓN AFROSANLUISINA DE SEMANA SANTA

 
 

La Semana Santa de San Luis de Cañete, región Lima, es una mezcla de saberes, sentimientos y colores que nacen en la recreación de las escenas bíblicas de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. "Expresión, vive y comparte Perú", a través del siguiente artículo de opinión, busca difundir su magnitud costumbrista y tradicional, abriendo el telón a las crónicas –que serán publicadas más adelante– de cada manifestación registrada durante aquellos días.

 
 
 

Texto y fotos:
Luis Pérez Manrique

  /luisperezmanrique @luispmanrique92
 

Aquí o en la puna, hablar de la relación que existe entre el significado religioso de la Semana Santa y el turismo, es un tema mucho más viejo que los años que me faltan por vivir y compartir Perú. Muchos, por ejemplo, prefieren escapar de la ciudad y no hacer turismo local, porque viven con la mentalidad de encontrar más de lo mismo; sin darse cuenta, que frente a sus narices, doblando esa esquina que les parece de igual color que las otras, existe un universo de saberes por admirar y del cual se puede aprender mucho, como lo es la Semana Santa de San Luis de Cañete, en la región Lima.

Para los lugareños de San Luis de Cañete, reconocer que su Semana Santa es la manifestación religiosa y cultural más significativa que tienen, genera que el hijo que se fue, vuelva a casa, cargado de emociones y recuerdos, para reencontrarse con su gente y ser parte, una vez más, del espíritu de la tradición afrosanluisina. Una tradición –también ligada con la culinaria– que no es sinónimo de realizar las procesiones –desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Pascua de Resurrección– para que recorran el pueblo, regresen al templo y ahí se queden. Sino que estas expresiones, toman un significado mayor cuando existen valores –muy particulares– que giran alrededor de cada una de ellas. Dejando de lado lo común para, mágicamente, transformarse en rituales de fe y herencia popular, con características y un exquisito potencial costumbrista para catapultarse y ser reconocida dentro y fuera del país.

Si pues, es cierto: no existen profundizados materiales escritos o visuales para promocionar o, como mejor opción,  inducir a la presente y futura generación para valorar lo nuestro y no sucumbir esa conexión de fe y herencia popular que tanto orgullece a los sanluisinos y, como no, a los que no hemos nacido en esta tierra de infinitos saberes que, en su mayoría, están detenidos en el tiempo, exigiendo ser liberados de esa esclavitud construida por el egoísmo y la falta de criterio e identidad.

Pero también existen vecinos que con entusiasmo y los pantalones bien puestos, buscan, de alguna manera, revalorizar y relucir saberes costumbristas detenidos en el tiempo, como es en el caso de Giancarlos Cabello. Él, joven y semanasantero, este año se tomó de valor y, con el apoyo de las diferentes cofradías y hermandades de la Semana Santa, ha resucitado una expresión de antaño. Y es que, según cuentan, aproximadamente a mediados del siglo XX, la burrita que se encargaba  de llevar sobre su lomo al Señor del Triunfo,  se aparecía en San Luis días antes de la llegada de la Semana Santa. Recorría el pueblo y con su cabeza tocaba las puertas de los vecinos para que la alimenten con camote, agua y pan de dulce (su preferido). La burrita falleció. Existieron intentos de domesticar otras burritas para que continúen con la costumbre, pero fue en vano. En la actualidad, llegado el mediodía del Domingo de Ramos, mientras el sonido de una campanita se oye, el burrito del Señor –acompañado de los apóstoles Juan y Pedro, representados por Giancarlos y César Villalobos, respectivamente– andan por el pueblo recolectando panes de dulce, escenificando lo que hacía la burrita, aunque con agregados –como la presencia de dos apóstoles o la misma recolección–, pero que en sí, mantienen viva la esencia del hecho histórico que marcó la Semana Santa del San Luis, años atrás.

Asimismo, está César Villalobos, Presidente de la Cofradía del Señor del Triunfo. Otro vecino semanasentero, de quien evoco las palabras que le dijo a los fieles minutos antes que las imágenes del Señor de la Resurrección, la Virgen Dolorosa y el apóstol San Juan, ingresen al antiguo templo, luego de la procesión del Domingo de Pascua de Resurrección: “Recuerdo que el año pasado prometimos  volver  con  más  personas.  Lo hemos cumplido. Somos más. Dios quiera, que el otro año volvamos con muchas más y así continuemos difundiendo nuestra Semana Santa”. Le tomo la palabra. ¿Tú también? ¡Perfecto! Vive la tradición afrosanluisina. Sé que te deslumbrarás con su majestuosa y emotiva Semana Santa, única en el país.

 
 
 
 

1

 

Señor del Triunfo
Él, desde muy temprano del Domingo de Ramos, descansa en el interior de una pequeña casa elaborada de cañas y plantas. Lleva una enorme palma.

 

4

 

Recolección del pan de dulce
Se realiza durante el mediodía del Domingo de Ramos. Los panes recolectados son bendecidos y, luego de la procesión del Señor del Triunfo, son repartidos al pueblo.

 

2

 

Virgen "La Dolorosa"
Su presencia se da desde el Viernes de Dolores (días antes del Domingo de Ramos) hasta el Domingo de Pascua de Resurrección.

 

5

 

Señor de la Agonía
Fue declarado en el 2001 como Patrimonio Cultural de la Nación por el Ministerio de Cultura. Sale en procesión la tarde del Jueves Santo en el CPM La Quebrada.

 

3

 

Pan de dulce
Es un pan infaltable en los hogares sanluisinos, porque en el está la esencia de un Domingo de Ramos y un Domingo de Pascua de Resurrección.

 

 

   
 
 

Artículo de opinión publicado el martes 12 de mayo de 2015 en el Diario Oficial y Judicial de la Provincia de Cañete "Al Día con Matices", hecho depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2010-13550.