jueves, 2 de octubre de 2014

#FOTOREPORTAJE: JAQARU VIVO

Jaqaru vivo
Música sobre ruedas, a full volumen, como me gusta. La minivan, a golpe de bombos y platillos, corre, avanza lenta y vuelve a correr por el zigzagueante camino. Si pues, atrás quedaron las canciones de los realitys juveniles, atrás quedó “Candy”. En este proceso, y sin exceso, se viaja, gracias al disjockey, perdón, al conductor, a ritmo de la emblemática Orquesta “La Bosh”. Oír su música, entre clarinetes y redoblantes, me transportan a Yauyos, exactamente a su Carnaval donde hace unos años zapateé hasta más no poder.

Y es que estoy de vuelta por sus tierras. Aunque esta vez, no iré al mismo Yauyos. Mucho menos al concurrido Huancaya o más allá. Mi paradero será Catahuasi (km 80), el punto de partida que me conectará con el
pueblo milenario con idioma propio que tanto comentan: Tupe.


 
Allí, entre el vaivén de las hebras multicolores, las manos de una anciana hablan y dan vida a diferentes iconos de andenería y figuras geométricas que yacen sobre aquella cinta que es colocada como faja, usada por mujeres y niñas de Tupe.
 
Las líneas siempre nos hablan, y he aquí a una de las depositaria del arte textil jaqaru.

 
Doña Marcelina continua con su trabajo que será concluido luego de dos semanas.

 
Entre hilo e hilo, doña Marcelina exprime el legado que le enseñó su abuela.

 
Faja multicolor que las mujeres utilizan pegada a la cintura. Mide aproximadamente 1.50 cm.
 
La vestimenta jaqaru de las mujeres y niñas es muy distinta a la que usan las ancianas llamada: "anako", hecho a base de lana de alpaca y que es utilizada solo en ocasiones especiales (como para carnavales).
 
Muy pegada la cintura las mujeres llevan "la huaraca", el arma secreta.
 
Otra característica de la indumentaria jaqaru es la que portan los niños para cubrir sus cabezas.
 
Cuando agosto, los lugareños de Tupe celebran por dos semanas la tradicional "Herranza", donde marcan y decoran con cintas multicolor a sus animales.
 
Así como Tupe es mágico, el cielo de su atardecer continua pintando colores vivos.

Fotografías: Luis Pérez Manrique ©