sábado, 8 de junio de 2013

Nosotros, Afroperuanos


Estudiante de Ciencias de la Comunicación
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica

“Desde que los negros fueron arrancados del África para ser introducidos en nuestras tierras; pensadores, intelectuales y conocedores de la peruanidad, han borrado su presencia y aporte a la construcción de la nación”, marca la crítica reflexiva del documental.

“Nosotros, Afroperuanos”, entre la caña fresca y el algodón, es una décima, un festejo, un fogón ardiente que visibiliza al hombre y la mujer de piel color del ébano. Entendiendo que su magia no sólo está en sus bailes y comidas sino en el resistir y el no desmayar frente a males como la discriminación de un pueblo ignorante, ciego de su propia destrucción. El camino es accidentado pero su gente vive el pasado, canta el presente y, al son de la quijada, dibuja el futuro.

Entonces, con absoluta seguridad, el sentimiento fraterno del pueblo afroperuano tiene una nueva oportunidad de expresarse a través del “Nosotros, Afroperuanos”.

Watson e Danielle Almeida
Foto: Renato Candido
La fiebre del deseo que llevó a sus productoras, Gabriela Watson y Danielle Almeida (brasileñas), las envuelve en el compromiso de ser netas conocedoras de la conexión entre la cultura afrobrasileña y afroperuana. A sus veintiocho años, Watson emprendió un virtuoso viaje orientado a encontrar las piezas faltantes del rompecabezas familiar y cultural. Watson es, sobre todo, una luchadora que abre el deseo por resolver los nefastos dilemas del afrolatinoamericano. 

El documental nos introduce a un territorio casi inhóspito. Alumbra el sendero esotérico hacia la realidad de los hijos del África en tierras peruanas. Brinda una mirada desgarradora de su problemática socio-cultural y nos ubica en el contexto del racismo, la discriminación, la falta de acceso a la educación y los servicios básicos de salud, como cruces de irremediable castigo en estos tiempos cada vez menos humanos. A su vez despejando el camino, se visibiliza los movimientos y acciones de las organizaciones que trabajan a favor de la democratización de los derechos humanos de la etnia negra. 

Por otra parte, el documental no solo muestra amarguras y penas, sino fiesta. Conservando sus tradiciones y costumbres mediante diversas manifesta- ciones culturales que van desde alegres bailes como el festejo y el son de los diablos, hasta expresiones de idiosincrasia (objetos de devoción como el Cristo Moreno, Santa Efigenia y la Virgen del Carmen), la mística de su gente festiva y apasionada que marca Lima, Cañete, Chincha y Zaña, estallan su alegría al repique del cajón y al gemido del bongó. 

A su paso por ciudades como Río de Janeiro, Sao Paulo, New York, Washington, Lima e Ica, “Nosotros, Afroperuanos” continúa llevando el mensaje del pueblo afroperuano fusionando el universo de dos culturas.

Publicado en REVISTA NEXOS, Edición N° 12, junio 2013.

martes, 4 de junio de 2013

LOS FARFÁN CAMPOS: La buena familia de rompe y raja


Estudiante de Ciencias de la Comunicación
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica

La familia Farfán Campos, es sinónimo de arte negro y talento en el Guayabo (El Carmen, Chincha), y hasta allá nos dirigimos para entrevistar a la señora Vegonia Campos Ramos, la integrante de esta estirpe familiar que hoy se ve acechada por la fama mediática, ya que uno de sus hijos (Dayron) protagoniza uno de los comerciales televisivos más celebrados en la actualidad, como es el ya famoso baile del “jueves de pavita”. Aquí la entrevista.

A puertas de celebrar el Día de la Cultura Afroperuana, ¿Cómo la festejan?
De rompe y raja, como debe de ser. Nosotros somos una familia muy alegre, siempre que nos reunimos el ritmo que corre por nuestra sangre florece y simplemente lo gozamos.

Eso quiere decir que aquí hay derroche de talento.
Ni que dudarlo. Por ejemplo mis tres hijos si saben de arte negro.

Dayron Farfán Campos
¿Cómo se llaman?
La mayor Vegonia (bailarina) -como yo-, el segundo Yossimar (cajonero y zapateador) y el tercero Dayron (bailarin).

¿Algo más?
Dayron es mi diablito. (Risas)

Siga...
Tengo fe de que será muy famoso.

¿Cómo lo es ahora?
Si y mucho más.

¿Qué dice Mamainé del sobrino?
Ella está muy contenta. Dayron participa en su ballet de festejo todos los domingos en la peña criolla que realiza en su restaurante. Allí también bailan mis otros 2 hijos (Vegonia y Yossimar), y claro, Aimet que es mi hermana y actual Reina de Chincha.

Si que ustedes son para gozar...
Uhmmm, no es por nada, pero sí. (Risas)

¿Baila festejo?
Lo llevo en la sangre, pero estoy más dedicada a mi trabajo, a mis hijos, en especial en Dayron.

¿A qué se dedica?
Trabajo en el restaurante de la hermana de Mamainé, allá en la plaza de 'El Carmen'. Zarandonga siempre ha sido mi principal sustento, con ello me apoyo mucho para brindarles a mis hijos lo que más necesitan.

¿Es cierto que tienen un nexo familiar con Jefferson Farfán?
Dicen que el padre de mis hijos es su primo, pero no sé muy bien.

Y su esposo debe estar contento con lo que está ocurriendo...
Uhmmm, no vivo con él. Tiempo que estamos separados.

La ternura que transmite Dayron en el Jueves de Pavita, ¿Es lo más natural de él?
Si. La verdad Dayron es un niño muy extrovertido, a sus 4 añitos tiene toda la ternura a flor de piel. Es muy juguetón. Además te cuento que él es quien pone el ritmo en su escuelita, y así contagia a sus amiguitos hasta armar todo un jaranón.

¿Cómo surgió lo del comercial?
Los del comercial llegaron al Guayabo para hacer un casting a los niños. Fue aquí, al frente de mi casa. En ese momento Dayron estaba durmiendo con su infaltable Micky Mouse, pero cuando escucho sonar el cajón, se despertó, salió así como estaba y empezó a bailar en medio de todos.

¿Siempre ha sido así?
Siempre. Tengo una anécdota con él. Desde que estaba en el corralito ya estaba moviéndose al sonido del cajón.

¿Qué tal es ese amor de madre?
Inmenso. Ni yo que soy su madre, imaginé que Dayron tenga ese gran talento. Ahora hasta en el almuerzo baila. Amo a mi hijo, a mis hijos.

¿Los medios nacionales ya han visitado a Dayron?
Sí. Frecuencia Latina, América Tv y ATV han llegado a conocer más de él. Justo hace un momento llamaron los del programa Amor, Amor, Amor para poder ir su espacio a dar una entrevista.

¿Emocionada?
Realmente sí. Dayron necesita mucho apoyo, y si hoy llegó el momento, habrá que aprovecharlo. Mi hijo tiene un gran futuro, mi sexto sentido de madre y mujer me lo dice...

A propósito, ¿Qué quiere ser Dayron de grande?
Él sueña con ser Doctor. Hubo un tiempo en que estuve mal con la rodilla, y él me decía: “Mami yo seré Doctor y así te curaré tu rodilla” Eso jamás lo podré olvidar.

Solo nos queda agradecerle a Usted por la acogida en su hogar, por contarnos sobre el niñito de polo amarillo del jueves de pavita y el gran talento familiar...
Está bien. Las puertas del Guayabo y de mi hogar siempre estarán abiertas para todos los que deseen conocer, vivir y disfrutar del arte negro familiar.

¿El bitute de los jueves es con pavita?
De vez en cuando. (Risas)

Y así al ritmo que está de moda... jueves de pavita, jueves de pavita, nos despedimos de esta generosa y alegre familia... y me voy antes de que me canten: como has engordado, luchito, luchito...



Publicado en el DIARIO AL DÍA CON MATICES, el miércoles 05 de junio de 2013.

ÁFRICA EN NUESTRA SANGRE


Estudiante de Ciencias de la Comunicación
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica

Corría el 2006, y tras el informe presentado por la Defensoría del Pueblo, el Congreso de la República decretó a través de la Ley N° 28761 celebrar cada 4 junio el Día de la Cultura Afroperuana. La fecha designada fue en homenaje al natalicio del recordado décimista, folklorista y periodista Nicomedes Santa Cruz (1925-1992), máximo representante de la negritud en el país.

La Cultura Afroperuana surgió de un proceso natural del esclavizado y esclavizada. Pues, arrancados de su madre África, la pachamama y el inti escucharon sus lamentos. Sellados por la carimba1; sangre y lágrimas corrieron como gato en setiembre por los galpones2. Refugiados a la sombra de la noche, y con el retumbar de los tambores, sus cuerpos se elevaron a escondidas del patrón. Al canto del panalivio3 aplacaron penas y buscaron lograr que la ilusión de libertad renazca como luz centellante al nuevo amanecer.

Así, cual Ave Fénix, el hombre y la mujer color capulí renacieron de entre sus propias cenizas. La cosmovisión del pueblo afroperuano conserva su cultura como la mejor arma para resistir, creando otro universo. Conocerla es muy sencilla, pero sentirse parte de ella es todo un privilegio y orgullo nacional. Tan privilegiado como el de estar a los pies de Santa Efigenia.

Me quedé contigo, con Sabino Cañas4 y con tus hijos. A Santa Efigenia la siguen los negritos, cholitos y blanquitos. Dejó Etiopía5, atravesó el atlántico y se quedó en La Quebrada6. Ella está en un Ingá, en un Landó y en numerosas danzas que se juntan para su fiesta. Por decreto municipal, Protectora del Arte y la Cultura Afroperuana desde 1994.

Abandona La Quebrada cada 12 de agosto (Día del Arte Negro Nacional) y se va a San Vicente7 en busca de San Benito y San Martín para armar el jaranón con toda la gente morena. Por ellos se quedó y por ellos festeja.

El tercer domingo, o 21 de setiembre como fecha central de su festividad, llega el momento de rendirle honores, de homenajearla y mirarla a los ojos. Devotos, sumidos al arte negro, danzan, rezan y lloran.

El delirante sonido del bongó y el cajón embrujan a Deyanira Silva (Reina Nacional de Festejo del XL Festival Nacional de Arte Negro - Cañete 2012). Ella saca a flote lo mejor de su talento a través de movimientos naturales, utilizando literalmente, todo el cuerpo.

El festejo es hecho mujer. “Lo descubrí en mi familia, pero es el amor que me nace del corazón cuando expreso sentimientos a través del lenguaje del cuerpo, más allá de tener el color negro como emblema de mi naturaleza”, dice la delgada jovencita que a su vez nos ha permitido ingresar y ser parte del calor de su humilde y pujante familia.

África en nuestra sangre es una sonrisa, un sentimiento, una emoción, y sobre todo, un homenaje a todo el conjunto de hombres y mujeres que han y continúan haciendo del legado afroperuano, una cultura de pura vida.

Así qué: ¡A gozá señó! La fiesta empezó y continuará, porque en ella la tradición y la costumbre se respetan como jamás lo hubiéramos alucinado.

1- CARIMBA: Instrumento de metal con el que los propietarios marcaban a los esclavizados.
2- GALPONES: Espacio donde se destinaban a los esclavizados.
3- PANALIVIO: Danza afroperuana bajo canción-lamento que tiene el significativo poético.
4- SABINO CAÑAS: Máximo representante y gestor de la tradición afro-andina de Santa Efigenia.
5- ETÍOPÍA: Lugar de procedencia de Santa Efigenia.
6- LA QUEBRADA: Centro Poblado del distrito San Luis, provincia Cañete, departamento Lima.
7- SAN VICENTE: Capital provincial de Cañete, departamento Lima.

Publicado en el DIARIO AL DÍA CON MATICES, el martes 04 de junio de 2013.