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La Semana Santa de San Luis de Cañete,
región Lima, es una mezcla de saberes,
sentimientos y colores que nacen en la
recreación de las escenas bíblicas de la
pasión, muerte y resurrección de Cristo. "Expresión, vive y comparte
Perú", a través del siguiente
artículo de opinión, busca difundir su
magnitud costumbrista y tradicional,
abriendo el telón a las crónicas –que serán
publicadas más adelante– de cada
manifestación registrada durante aquellos
días. |
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Aquí o en la puna, hablar de la relación que
existe entre el significado religioso de la
Semana Santa y el turismo, es un tema mucho
más viejo que los años que me faltan por
vivir y compartir Perú. Muchos, por ejemplo,
prefieren escapar de la ciudad y no hacer
turismo local, porque viven con la mentalidad
de encontrar más de lo mismo; sin darse
cuenta, que frente a sus narices, doblando
esa esquina que les parece de igual color
que las otras, existe un universo de saberes
por admirar y del cual se puede aprender
mucho, como lo es la Semana Santa de San
Luis de Cañete, en la región Lima.
Para los
lugareños de San Luis de Cañete, reconocer
que su Semana Santa es la manifestación
religiosa y cultural más significativa que
tienen, genera que el hijo que se fue,
vuelva a casa, cargado de emociones y
recuerdos, para reencontrarse con su gente y
ser parte, una vez más, del espíritu de la
tradición afrosanluisina. Una tradición
–también ligada con la culinaria– que no es
sinónimo de realizar las procesiones –desde
el Viernes de Dolores hasta el Domingo de
Pascua de Resurrección– para que recorran el
pueblo, regresen al templo y ahí se queden.
Sino que estas expresiones, toman un
significado mayor cuando existen valores
–muy particulares– que giran alrededor de
cada una de ellas. Dejando de lado lo común
para, mágicamente, transformarse en rituales
de fe y herencia popular, con
características y un exquisito potencial
costumbrista para catapultarse y ser
reconocida dentro y fuera del país. |
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Si pues, es cierto: no existen profundizados
materiales escritos o visuales para
promocionar o, como mejor opción,
inducir a la presente y futura
generación para
valorar lo nuestro y no sucumbir esa
conexión de fe y herencia popular que tanto
orgullece a los sanluisinos y, como no, a
los que no hemos nacido en esta tierra de
infinitos saberes que, en su mayoría, están
detenidos en el tiempo, exigiendo ser
liberados de esa esclavitud construida por
el egoísmo y la falta de criterio e
identidad.
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Pero también existen
vecinos que con entusiasmo y los pantalones
bien puestos, buscan, de alguna manera,
revalorizar y relucir saberes costumbristas
detenidos en el tiempo, como es en el caso
de Giancarlos Cabello. Él, joven y
semanasantero, este año se tomó de valor y,
con el apoyo de las diferentes cofradías y
hermandades de la Semana Santa, ha
resucitado una expresión de antaño. Y es
que, según
cuentan, aproximadamente a
mediados del siglo XX, la burrita que se
encargaba de llevar sobre su lomo al
Señor del Triunfo, se aparecía en San
Luis días antes de la llegada de la
Semana Santa. Recorría el pueblo y con su
cabeza tocaba las puertas de los vecinos
para que la alimenten con camote, agua y pan
de dulce (su preferido). La burrita
falleció. Existieron intentos de domesticar
otras burritas para que continúen con la
costumbre, pero fue en vano. En la
actualidad, llegado el mediodía del Domingo
de Ramos, mientras el sonido de una
campanita se oye, el burrito del Señor
–acompañado de los apóstoles Juan y Pedro,
representados por Giancarlos y César
Villalobos,
respectivamente– andan por el pueblo
recolectando panes de dulce, escenificando
lo que hacía la burrita, aunque con
agregados –como la presencia de dos
apóstoles o la misma recolección–, pero que
en sí, mantienen viva la esencia del hecho
histórico que marcó la Semana Santa del San
Luis, años atrás.
Asimismo, está César
Villalobos, Presidente de la Cofradía del Señor del Triunfo. Otro vecino semanasentero, de quien evoco las palabras que le dijo a los fieles minutos antes que las imágenes del Señor de la Resurrección, la Virgen Dolorosa y el
apóstol San Juan, ingresen al antiguo
templo, luego de la procesión del Domingo de
Pascua de Resurrección:
“Recuerdo que el año pasado prometimos
volver con más personas.
Lo hemos cumplido. Somos más. Dios quiera,
que el otro año volvamos con muchas más y
así continuemos difundiendo nuestra Semana
Santa”. Le tomo la palabra. ¿Tú también?
¡Perfecto! Vive la tradición afrosanluisina.
Sé que te deslumbrarás con su majestuosa y
emotiva Semana Santa, única en el país. |
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Señor del Triunfo
Él, desde muy temprano del Domingo de Ramos,
descansa en el interior de una pequeña casa
elaborada de cañas y plantas. Lleva una
enorme palma. |
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Recolección del pan de dulce
Se realiza durante el mediodía del Domingo
de Ramos. Los panes recolectados son
bendecidos y, luego de la procesión del
Señor del Triunfo, son repartidos al pueblo. |
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Virgen "La Dolorosa"
Su presencia se da desde el Viernes de
Dolores (días antes del Domingo de Ramos)
hasta el Domingo de Pascua de Resurrección. |
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Señor de la Agonía
Fue declarado en el 2001 como Patrimonio
Cultural de la Nación por el Ministerio de
Cultura. Sale en procesión la tarde del
Jueves Santo en el CPM La Quebrada. |
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Pan de dulce
Es un pan infaltable en los hogares
sanluisinos, porque en el está la esencia de
un Domingo de Ramos y un Domingo de Pascua
de Resurrección. |
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Artículo de opinión publicado el
martes 12 de mayo de 2015
en el
Diario Oficial y Judicial de la Provincia de
Cañete "Al Día con Matices",
hecho depósito legal en la Biblioteca
Nacional del Perú N° 2010-13550. |
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