En la provincia Ica, tierra de vinos y piscos, de
un sol que brilla como la fe al Señor de Luren, aun sobrevive una costumbre que
han suya afroperuanos y andinos. Una costumbre de color y fe de nombre “Hatajo
o Baile de Negritos”; declarada Patrimonio Cultural de la Nación.
ESCRIBE: Luis Pérez Manrique @Lperezmanrique
Estudiante de Ciencias de la Comunicación
Universidad Nacional “San Luis Gonzaga” de Ica
Así es como el juguetón Luis, “Periquito” como lo conocen,viste en
diciembre para continuar la costumbre de sus abuelos, padres y hermanos. La
costumbre de danzar al fantástico sonido del violínyser instrumento de alabanza
al niño Jesús recién nacido, convirtiéndose, en el pastorcito de menor edad de la
Banda o Cuadrilla de Pastores del Cuarto Altar “Virgen del Rosario” de
Pachacútec, en la provincia Ica.
DOS.-Nacido por fe y celebración, el Hatajo de Negritos, declarado
Patrimonio Cultural de la Nación, hoy es una tradición de pura vida, de pura
destreza y retumbe del corazón en cada golpe del rítmico zapateo que han hecho
suya afroperuanos y andinos. Por ejemplo, en Casablanca (Santiago), los jóvenes
de “Nuestras Raíces Iqueñas”, finalistas de un conocido programa televiso de
talento peruano, en cada salto embrujan; en cada giro deslumbran energías; y en
cada grito exprimen el arte y las buenas ganas de continuar el legado de sus
ancestros al son del violín y las campanillas.
TRES.- En el distrito de Tate, la misma pasión es la que envuelve a Jorge Cahua,
violinista por excelencia de esta danza de alegría y fe, de fuerza y sacrificio.
“Me inicié desde pequeño como pastorcito y caporal, y luego pasé a ser maestro.
Un día se me dio por tocar violín; entonces fue así como descubrí ese talento
en mí. Un arte que no es fácil de aprenderlo sino existe dedicación y entrega”,
comenta, antes de deleitarnos con la mixtura de sonidos, tiernos y jubilosos,
que emite su violín. Armonías de sentimientos y colores.
.
.
CUATRO.-“Ya está la pichi del niño”, dice doña Blanca Tataje, carismática como
ninguna, mientras todos los integrantes de la Cuadrilla de Negritos (abuelo,
pastorcitos, caporales, maestro y violinista) se le acercan para degustar y
saciar su sed. Pues así se le conoce al "ponche de agraz", una
combinación de agua hervida con canela, clavo de olor, azúcar y zumo de uva
verde complementada con mango verde picado. Aquel preparado sirve para beber
antes y/o después de la adoración al niño Manuelito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario